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LAS BOTAS DE UN CORONEL, QUE SÍ TIENE QUIEN LE ESCRIBA

Actualizado: 13 jul 2022


Soy una coleccioNistas de historias. Hacer que ellas viajen en el tiempo a través de los zapatos que diseño, me obsesiona. Por eso hacerle un Homenaje a Usted, es cumplir una fantasía de hace años.

Buscar entre sus páginas la inspiración fue todo un cuento, que me permitió pasear por el gran banquete de posibilidades, donde la eternidad adorna los amores, la esperanza huele a verde olivo y el tiempo es un personaje que tiñe de nostalgia las historias.

Leer sus obras es viajar a un lugar que no existe sino escondido en las palabras. Un lugar mágico y oculto que desaparece en el instante en que se toca.


Cuando leí Relatos de un náufrago, experimenté la sed insoportable de mi propio corazón naufragando en las turbulentas aguas del desamor y pensé:

“Éste es el libro de los que están enfermos de amor”. El desamor es un duelo que se vive como ése naufragio, en el que nos hemos abandonamos sin esperanza a un océano abismal y sin querer, nos entregamos al devenir del mar, sostenidos únicamente por nuestra propia y poderosa presencia, pero muerta de sed.


Ojos de perro azul, reinventó para mí el color de los amantes, que no es el rojo, sino el color que tiene la tarde justo antes de que anochezca: “EL AZULGRISASEO”. Ese color que tiñe de un misterio ámbar, el momento en el que el sol acaricia por última vez a la tierra, entonces el calor y el frío, el día y la noche , el encuentro y la partida, componen en el cielo una pintura con los colores de la nostalgia, justo antes de que se abra


El amor añejo de Florentino Ariza y Fermina Daza en ¨Los Tiempos del Cólera¨ se convirtió en la prueba que necesitaba mi imaginación, para jurar que el erotismo no es joven y que las cartas contienen un decreto entrañable que crece cuando el tiempo las tiñe de amarillo.


Las cartas de ¨El Coronel no tiene quien les escriba¨, viajaron a un limbo parecido al incierto destino¸ en el que viajan las cartas que se arrojan al mar en una botella, esperando su destino para contar las historias de amores , aventuras y naufragios que están “atrapadas más no perdidas “ en las memorias del mar.


La explicación del porqué todouncueNto hizo estos zapatos, pensando en usted, no pasa por la palabra ni el pensamiento.

Se trata más bien, de una “emoción, una sensación , una evocación” que se siente en el estómago; Lleno por supuesto, de irrespetuosas y fantásticas mariposas amarillas que se pasan a vivir a mis entrañas de vez en cuando, por culpa suya “Señor Coronel Maestro Don Gabo”.


Fue un honorable placer, poderme robar pedazos de sus historias y soñar con acompañar los pasos empolvados de personajes entre los cuales escogimos algunos para no perdernos en la gran orgía de posibilidades de sus relatos..

Y siendo fieles a la emoción, Nos quedamos con las botas de un Coronel que sí tiene quien le escriba.


Me sedujo la esperanza onírica de esa mujer que tiene piel de cobre y ojos de perro azul. Me conmovió la ingratitud de los segundos que transcurren en un bote naufragado. Y definitivamente me atrapó para siempre, los 53 años, 7 meses y 11 días de espera para vivir un amor rancio y añejo.


Materializar lo que usted tiene en la cabeza, es ponerle límites a la imaginación. Y la imaginación como usted bien lo sabe, es infinita. Querer evocar a Macondo en este mundo material es deshacerlo del encanto de vivir “atrapado” entre páginas de libros. Por esto y con el ánimo respetuoso de no completar lo que ya está completo, decidí traer a este, mi cuento, la historia de unas botas que quieren hacerle un homenaje a ese universo que usted comparte con nosotros a través de sus letras.


Pero estos zapatos, no son la interpretación de su obra. Son una apuesta que hacemos cuando dejamos que la inspiración, se pasee de la misma manera que se pasean por sus escritos, la música y los olores. La nostalgia, la humedad y el vinagre. La desesperanza, el atardecer y el deseo.


El dueño de estas botas es un viajero, y viajero es el oficio de pasearse caprichosamente por la mente de quien lo permita. Usted es uno de los mejores viajeros que he leído y en nombre de muchos, le doy las gracias por permitirnos transformar la realidad en sueño y el sueño en realidad, aboliendo las fronteras aunque solo sea con la imaginación.


El dueño de estas botas puede ser un personaje que no existe sino en mi mente, pero apareció por ahí perdido entre líneas que usted escribió. Finalmente todos terminamos siendo viajeros de las historias que se escriben con los sueños, se recorren con los pies y se recuerdan en el nuncajamás del corazón.


Con respeto y admiración,



todouncueNto













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